Este año no he conseguido tampoco que nadie quisiera el Proyecto PoMu, hasta el punto de rendirme y decidir guardarlo en un cajón. Sin embargo, cuando ya había perdido toda esperanza y había asumido que era un truño, recibí un correo que lo cambió todo. Era un nuevo rechazo más, pero esta vez era diferente.
Una editorial en la que me gustaría mucho publicar me escribió para decirme que, si bien no iban a quedarse mi historia, les había gustado y había logrado llegar hasta la última fase. El rechazo se debía a que no terminaba de encajar en su línea editorial y no a su falta de calidad. Como una de mis virtudes es que me vengo arriba con facilidad, ya tengo escogidas las dos próximas editoriales con las que voy a probar suerte durante 2022.
Por otro lado, el Proyecto InConSisDe sí me ha dado muchas alegrías. Ha encontrado un hogar estupendo y, si todo va bien, verá la luz este mes. Me encantaría poder compartir contigo la imagen de la cubierta porque me tiene enamorada, pero todavía no se puede que es secreto.